Adivinar y Contar son dos conceptos que muestran, a lo largo de los tiempos, que la expresión humana, su pensamiento y sus herramientas comunicativas se configuran bajo diversos modelos.
Las matemáticas y la adivinación son modos alternativos del lenguaje, aunque en su forma más primitiva nos llegan a menudo velados y llenos de ambigüedades.
Hablar de los huesos adivinatorios de la dinastía Shang, los quipus incas, el número áureo* o el ábaco tártaro es subrayar la repercusión de estas manifestaciones en la interpretación y el conocimiento del mundo, en la mejora de la vida cotidiana y social, la evolución de la tecnología y el desarrollo de otras ciencias.
Como bien advirtió Platón en una de sus obras más carismáticas, La República:
Cuando los espíritus tardos son educados y ejercitados en la disciplina del cálculo, sacan de ella, si no otro provecho, al menos el que sean más vivaces de lo que lo eran antes.
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Extracto del capítulo “Voces del pasado”, del primer tomo de la colección GRANDES ENIGMAS DE LA HUMANIDAD, Círculo de Lectores, Bogotá 2003.
* Número áureo, ¿lenguaje de la naturaleza?