La infinitud del espacio es la extensión lógica del dualismo cartesiano: una vez que el sujeto se separa del objeto, no hay ninguna razón para que el mundo «allá fuera» no se separe indefinidamente. Los Otros Mundos tradicionales son siempre finitos porque la imaginación es siempre autolimitadora y se representa a sí misma en términos de metáfora espacial particular. La idea del «espacio exterior» no tiene esos límites porque es un Otro Mundo que ha sido literalizado para que tenga continuidad con éste. Es un espacio al que no se le ha permitido ser metafórico y por lo tanto es indefinido, ilimitado, vacío.
Al mismo tiempo, dado que la imaginación sólo puede ser negada, pero no suprimida, la metáfora se introduce de nuevo. Albert Einstein sugirió, por ejemplo, que el espacio es finalmente -como la imaginación- autolimitador, que se «curva» para formar un universo que se contiene a sí mismo. Los teóricos modernos, independientemente de que puedan discrepar en los detalles, coinciden en que nuestro universo no es, por decirlo así, lo bastante infinito. Necesitan más y mayores universos para llenar el vacío. «Wheeler propone que un número infinito de universos se suceden en el tiempo; Zel’dovich piensa que una formación verdaderamente infinita de espacio-tiempo vacío puede estar picoteada por burbujas temporales, fluctuaciones cuánticas, en una de las cuales vivimos.»”
Pero el mejor de todos fue Hugh Everett, que sugirió en 1957 ese gran invento de la ciencia ficción y la ufología: la teoría del universo paralelo. Por supuesto, la idea de la antimateria (el habitual Otro Mundo vuelto del revés) fue precursora de su hipótesis; proponía que todos los mundos cuánticos posibles son igualmente reales y existen paralelamente a nosotros.” Esta es la literalización inevitable de esa metáfora espacial que sitúa el Otro Mundo al lado del nuestro, más que encima o debajo. Pero también es una representación literal de la forma en que un mito dominante es ensombrecido por todas sus variantes posibles, exactamente como cualquier postura consciente que adoptemos se permuta en los sueños y fantasías del inconsciente.
Aunque nos encerremos en nuestro propio universo, vemos cómo su realidad literal está siendo continuamente remitologizada.
Patrick Harpur. El fuego secreto de los filósofos, una historia de la imaginación.
Imagen y texto extraídos del libro.
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Or let my Lamp at midnight hour,
Be seen in som high lonely Towr,
Where I may oft out-watch the Bear,
With thrice great Hermes, or unsphear
The spirit of Plato to unfold
What Worlds, or what vast Regions hold
The immortal mind that hath forsook
Her mansion in this fleshly nook:
And of those Dæmons that are found
In fire, air, flood, or under ground,
Whose power hath a true consent
With Planet, or with Element.…Que mi lámpara a medianoche,
pueda verse en alguna alta torre solitaria,
desde la que pueda contemplar con frecuencia las Osas,
con Hermes, el tres veces grande, o invocar
el espíritu de Platón para que muestre
qué mundos o qué vastas regiones abarca
la mente inmortal que ha abandonado
su morada en este rincón carnal;
y el de aquellos dáimones que se encuentran
en fuego, aire, agua o bajo tierra
cuyo poder tiene armonía real
con planetas o con elementos.John Milton: // Penseroso